La (fallida) lucha de la India contra el efectivo

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En noviembre de 2016, el gobierno de la India lanzó una sorpresiva campaña de desmonetización, en la que los billetes de 500 y 1,000 rupias (los que tienen la imagen de Mahatma Gandhi) dejarían de tener valor, por lo que las personas tendrían que acudir a los bancos para cambiarlos.
El objetivo de la administración del Primer ministro Narendra Modi era combatir el terrorismo, la falsificación de billetes, la economía informal y la evasión fiscal. El razonamiento era que mucha gente preferiría destruir el dinero antes que sacarlo de las sombras y estar expuestos al escrutinio.
Casi dos años después, esa política demostró ser un fracaso. El 99.3% de los billetes que saldrían de circulación fueron devueltos a los bancos y menos del 1% resultaron ser falsos. Por otro lado, la actividad económica de la India sufrió una interrupción a causa de la medida.




No obstante, los funcionarios quisieron ocultar el fracaso de su movimiento y argumentaron que la entrada inesperada de dinero permitió a los bancos ampliar el crédito a las empresas y así fomentar la economía, mientras que las personas comenzarían a tener sus ahorros en bancos y hasta invertir el Bolsa.
Y aunque el mercado bursátil indio ha alcanzado niveles históricamente altos, lo cierto es que el ahorro bajó inclusive a un nivel menor antes de la campaña de desmonetización. Resulta que los ahorros financieros netos para el año fiscal que finalizó el pasado 31 de marzo fueron del 7.1 por ciento del ingreso disponible total, menos que el promedio de los cinco años anteriores a la desmonetización, de acuerdo con un informe del banco central de la India.




“Peor aún, tal vez, los hogares tienen mucho más de sus ahorros netos en efectivo, no menos. Y los ahorros netos para los bancos son casi un 50% más bajos que el promedio de cinco años antes de la desmonetización. En otras palabras, la idea de que la represión dejaría a los bancos al corriente de los ahorros de los hogares que podrían prestar a las partes productivas de la economía ha sido ampliamente desmentida”, dice Mihir Sharma en una columna publicada en Bloomberg.
Esta política tuvo más efectos nocivos que positivos: interrumpió la economía, provocó caos entre la población y probablemente esta experiencia alejará a muchas personas de los servicios financieros.
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