Lea el artículo anterior. Crece la demanda del oro físico… y de papel
Pese a las sanciones económicas que caen sobre el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, este logró vender nuevamente oro para financiar su corrupto régimen. El país sudamericano vendió alrededor de 570 millones de dólares (mdd) en oro de las reservas del banco central en las últimas dos semanas, evitando las sanciones del Departamento del Tesoro estadounidense, reportó Bloomberg el pasado 17 de mayo.
El banco central vendió cerca de 9.7 toneladas de oro el 10 de mayo y 4 toneladas adicionales tres días después, dijo una fuente al medio financiero, reduciéndose así sus reservas a un mínimo de 29 años de 7,900 millones de dólares.
Venezuela ha vendido 23 toneladas de oro desde principios de abril, desafiando el bloqueo económico impuesto por EU para detener el lucrativo negocio de Maduro para mantener a los militares leales a su régimen. El mes pasado, la Oficina de Control de Activos Extranjeros de la Tesorería de los Estados Unidos incluyó al banco central de Venezuela en su lista de entidades sancionadas.
Maduro vende el oro clandestinamente a empresas en los Emiratos Árabes Unidos y a Turquía, y estas le ayudan a eludir el sistema financiero global. Mientras, mantiene un dominio absoluto sobre el país, incluida la burocracia militar y gubernamental, el líder opositor Juan Guaidó utiliza el apoyo de docenas de países para apoderarse lentamente de los activos financieros de Venezuela en el extranjero, indica Bloomberg.
El gobierno socialista ha tratado, sin éxito, retirar sus reservas de oro del Banco de Inglaterra, mientras que Guaidó pide precisamente que se protejan los activos de Venezuela en el extranjero, como una medida para presionar a Maduro.
A pesar del cerco económico y financiero que Washington le puso, Nicolás Maduro sigue expoliando los recursos que son propiedad de los venezolanos, todo para aferrarse al poder, y para ello necesita comprar la lealtad de los altos mandos militares y los fieles seguidores que le quedan. Mientras tanto, continúan las manifestaciones de personas que exigen un cambio de régimen.
No se sabe cuánto durará esta crisis política y muchos menos cuándo superará Venezuela la tragedia económica que el socialismo bolivariano desató. Lo cierto es que, si Caracas continúa vendiendo su oro furtivamente, el gobierno de Maduro seguirá al frente… al menos hasta que se le acabe.
La debacle final de Venezuela llegará cuando no quede oro que vender. Ya falta menos para ese momento.
El presidente Donald Trump no descarta una eventual intervención militar -algo que de ningún modo es deseable-, pero Rusia, aliado y acreedor de Maduro, ya mandó soldados y un militar de alto rango para repeler un eventual ataque. Putin no lo hace por ser una “buena persona”, sino como una manera de asegurar su inversión.
Pobre Venezuela, que es vista como botín de todos: de los chavistas de Maduro, de Rusia y China, y de Estados Unidos. Mientras tanto, la gente en medio es la que padece la peor crisis humanitaria que se haya visto en este hemisferio jamás. Los venezolanos que puedan, deben mejor buscar salir de su amado país. No debería ser así, pero por desgracia, incluso si mañana desapareciera el socialismo de Venezuela, tomará décadas recuperar el nivel económico que Venezuela tenía hace 20 años.
La lección es clara para México, por cierto: debemos repudiar aquí el socialismo de los morenistas encabezados por López Obrador, o atenernos a las consecuencias.
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