Occidente despertó al “dragón” chino (y EU no podrá detenerlo)

Lea el artículo anterior. Libra de Facebook, ¿el fin de la banca, el dólar y el bitcoin?
Desde hace ya algunos años, China le está disputando a Estados Unidos el liderazgo económico y global, pues el ascenso del dragón asiático ha sido en un periodo relativamente corto de tiempo. Después de fracasadas políticas de colectivización y las hambrunas que estas causaron, el Partido Comunista Chino dio un giro a finales del Siglo XX y comenzó a atraer compañías e inversiones con fuerza laboral tan barata (y en situación de casi esclavitud) que la producción industrial resultaba ultra competitiva.
Pero en realidad, fue la paulatina apertura al exterior, y el abrazar también poco a poco el capitalismo, la economía de mercado, la verdadera causa del “milagro” chino. Claro está que China no es todavía el paradigma del capitalismo ni de sus columnas vertebrales: la libertad individual y la propiedad privada, pero lo cierto es que sin su transformación hacia una economía capitalista, su progreso habría sido imposible.
Claro, en el camino, la manipulación del yuan también hizo más baratas las exportaciones chinas, al grado de que los demás países no pudieran competir con precios tan bajos.
Como sabemos, esto provocó el cierre de fábricas y el empobrecimiento de los cinturones industriales en Estados Unidos y otras economías occidentales en beneficio del florecimiento de una pujante economía en Asia.
Es por eso que ahora el presidente Donald Trump pretende “equilibrar” la balanza y ha emprendido una “guerra comercial” contra China desde marzo de 2018.
Esta serie de aranceles a productos provenientes de Oriente no resuelven nada en el fondo, pues las compañías y consumidores son los que terminan pagando el aumento, pero es una buena consigna para su campaña de reelección en 2020.
Beijing ha estado respondiendo con medidas de represalia sobre productos estadounidenses, pero, como China le vende mucho más a la Unión Americana (la balanza comercial es deficitaria para EU) de lo que le compra, cuenta con un menor margen de maniobra para aplicar tarifas. Sin embargo, esta “guerra” va mucho más allá del comercio: se trata de la tecnología.
La mejor muestra quizás es la serie de restricciones que Washington le ha impuesto a Huawei, compañía líder en el despliegue de la quinta generación de redes móviles (5G).




Por años se ha acusado a esta compañía de robo de propiedad intelectual, pero esto solo era una fase del plan chino en general. Ahora que entienden el “know how”, producen conocimiento y tecnología propia. Esto se puede ver en las 5,405 solicitudes de patentes que introdujo Huawei en 2018, muy por encima de las estadounidenses Intel (2,404) y Qualcomm (2,404), de acuerdo con información de la Organización Mundial de Propiedad Intelectual (WIPO).
“China se está armando, acumula materias estratégicas (rare earths o tierras raras) vitales para la evolución tecnología del siglo XXI y aluniza con la sonda “Chang’e-4” en la cara oculta de la luna rica en helio-3. Mientras tanto, el occidente democrático tiene élites que juegan, en clubes privados, a crear gobiernos en la sombra mientras que China se adelanta, discretamente, entronizando al presidente del Partido Comunista chino, a modo de emperador a perpetuidad”, dice el diario español Cinco Días en una editorial.
Es curioso que los medios de comunicación del “mainstream” (medios precominantes) ya publiquen editoriales de este tipo, cuando hace algunos años tenían por descontado que nada podría aturdir la supremacía estadounidense, y ahora alertan que está siendo rebasada notoriamente por China.
Estas opiniones antes solo podían encontrarse en blogs y sitios especializados en tendencias económicas, como este, que cumple ya más de 10 años de análisis publicados y que ahora ha evolucionado a Top Money Report.
Este boletín que ahora mismo está leyendo, está centrado en las inversiones de “un paso adelante”, para permitir que sus lectores no se queden nada más en lo informativo, sino en el modo de sacar provecho económico de las tendencias del mercado, y hasta de errores, de los tomadores de decisiones.




Los resultados por cierto, han demostrado que hemos estado en lo correcto, como cuando otros vaticinaban fracasos de proyectos como el bitcoin, que por valor de capitalización, ya es la octava moneda a nivel mundial, superando a divisas de países como Rusia, Corea del Sur, México, Brasil y Canadá.
“China planea a largo plazo acabar con el unilateralismo económico de Norteamérica para pasar por una fase fugaz de multilateralismo con Rusia y algún otro país europeo para terminar en la hegemonía global de partido único mientras occidente solo mira a las próximas elecciones”, dice la editorial de Cinco Días, reproducida en El Economista, de México.
“Mientras tanto, el Banco de la República Popular de China acumula masivamente reservas de oro para conseguir con el tiempo la convertibilidad internacional del yuan/renminbi como moneda de reserva global; por el contrario, el Banco Central Europeo hace seguidismo de la política norteamericana aplicando la política “quantitative easing” (flexibilización cuantitativa) que le lleva a acumular papel soberano emitido por países europeos con grandes desequilibrios económicos y deudas impagables.”
Las monedas fiat, respaldadas solamente por gobiernos que irresponsablemente aumentan la deuda, algún día revelarán su valor real: cero.
En ese momento ccurrir la caída del dólar como la moneda de reserva internacional por excelencia.
China como le digo, sigue acumulando oro sigilosamente para estar cubierto ante esta crisis de la que nadie se salvará y que eventualmente habrá de llegar. Esto no pasará pronto, pero ese día del fin del reinado del dólar sí lo veremos.
Napoleón acuñó aquella famosa frase de que “cuando China despierte, el mundo temblará”. Al parecer muchos apenas se han dado cuenta de esto y empiezan a temblar ante un cambio en el orden económico global.
Estados Unidos trata de contener al dragón, pero parece que ya es muy tarde. La inercia de China es demasiado grande como para detenerla. Aun así, Washington seguirá intentándolo, hasta con una guerra armada si es necesario, que esperemos no llegue.
Los medios tradicionales apenas están hablando de esto, pero algunos ya lo advertíamos desde hace mucho tiempo. Más vale estar preparados ante cualquier contingencia o conflicto que provoque una disrupción mundial, y como siempre le decimos en este espacio, estar un paso adelante para sacar provecho mientras la mayoría absoluta lo pierde casi todo.
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