Pese a Trump y la Fed, sigue el pesimismo entre los inversionistas

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La semana pasada comentábamos que el gobierno de los Estados Unidos (específicamente Trump) y la Reserva Federal harán todo lo que esté a su alcance para evitar, o al menos retrasar, una recesión económica. Esa semana el banco central hizo otro recorte a las tasas de interés y el mandatario norteamericano busca más incentivos (o distractores) para que la contracción no esté en la mente de los votantes en 2020.
Sin embargo, por mucho que hagan las autoridades oficiales para evitarlo, el sentimiento negativo prevalece en el sector privado e, inclusive, se acentúa en las más recientes encuestas sobre sus expectativas.
Bank of America Merrill Lynch preguntó a inversionistas las probabilidades de recesión, y un 25% respondió que esta ocurrirá en los próximos 12 meses, este es el nivel más alto desde julio de 2016.
El resto piensa que la contracción económica tardará un poco más en materializarse. Un 70% de los inversionistas piensan que se presentará al final de 2021, de acuerdo con la encuesta del banco estadounidense.
En TMR nos cargamos más hacia esta última opinión.
La recesión es la tercera preocupación más importante entre los administradores de activos, solamente por detrás de los riesgos geopolíticos y la disputa comercial entre Estados Unidos y China.
Sobre este último tema, 76% de los inversores dijeron que esperaban un acuerdo comercial, pero no en el corto plazo, mientras que un 14% dijo que esperaban una escalada de la guerra comercial.




El miedo a las burbujas de activos y una guerra de divisas también aumentó ligeramente en la última encuesta.
Por otra parte, Bank of America descubrió que, en los mercados crediticios, los inversores generalmente buscan deuda con calificaciones más altas en los mercados de grado de inversión y alto rendimiento. Esto significa evitar la parte del mercado de deuda con calificación ‘BBB’, que se encuentra un paso por encima del estado basura.
Los expertos han estado haciendo sonar cada vez más la alarma en el grupo a medida que este grupo aumenta de tamaño.




“De manera bastante dramática, el sentimiento de los inversores de alto grado sobre las BBB se ha deteriorado hasta el punto de que solo un 33% espera un rendimiento superior en una base ajustada al riesgo, por debajo del 58% en julio”, escribió el equipo de BofA.
Diga lo que diga el gobierno, las expectativas del sector privado pesan mucho sobre la economía.
Estas determinan las inversiones que se harán en el mediano y largo plazo, lo que afecta la creación de empleos y el consumo. Si las empresas y los inversionistas prevén que el panorama empeorará próximamente, se inhibe el flujo de dinero, y esto acentúa la caída económica hasta que se vean mejores condiciones para invertir.
Esto ocurre en Estados Unidos y en todo el mundo, y el ejemplo más cercano es México, donde en junio la inversión fija bruta tuvo en junio su peor caída desde hace diez años a causa de varias decisiones erráticas del actual gobierno y unas finanzas públicas sostenidas con alfileres.
No olvidemos que los políticos siempre ignoran la realidad o tratarán de distorsionarla como así convenga a sus intereses, pero las empresas e inversionistas, preocupadas por su dinero, siempre actuarán en consecuencia.
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